martes, 14 de julio de 2009

Alucinación sin drogas ni hongos raros



Una madrugada, hace un par de días atrás, luego de trasnochar con unos amigos en una LAN Party (esas reuniones Geeks donde se juntan varios enajenados a jugar videojuegos, cada cual con su propia PC), me acosté cerca de las 7 de la mañana. Todavía apremiaba la oscuridad y el frío calante de huesos. Ya había acomodado la PC que había llevado a la casa de mi amigo POP, donde se realizó la mentada reunión junto con otras 7 personas (¿personas?). Me acomodé en la cama, puse el despertador del celular a las 12 del mediodía, ya que jugaba al fútbol a las 14 Hs, y me desmayé como si un zombie me hubiese aplicado un Uppercut en la sien.
En un momento, sin saber cuanto tiempo había pasado, me despierto porque siento "algo". Me di cuenta que tenía durmiendo a mi lado a Apu, que no es el hindú Nahasapeemapetilon de los Simpsons, sino mi gato Ninja. Solo veía, en penumbras, las siluetas de las cosas alrededor mío, incluso la del gato. Pero algo me hace girar la vista a la derecha, un movimiento, un leve gruñido. Ante mí se alzaba, en postura acechante, cabeza gacha y lomo elevado, un enorme perro con desproporciones en sus partes corporales, casi caricaturesco (aunque poco veía de él más allá de la impactante silueta).  
Enseguida, me puse como en guardia, y le grité algo así como "¡Andate!"(raro que no me salió el "juira"). Y el pobre gato se dio por aludido y escapó de la cama. Me pareció que iba directo al perrazo, pero en cuanto volví a mirarlo, el perro no era más que un montón de ropa sobre una silla. 
Pasé uno de los sustos más espantosos de mi vida. Llegé a estar seguro de que de alguna manera se había metido un perro en mi departamento...pero claro, mi departamento debería estar en una zona cercana a Chernobyl para que tenga la fisonomía que mostraba ese mejor amigo del hombre. Tuve por primera vez en mi vida una alucinación tan fuerte. He tenido otras, pero nunca tan real y detallista como esta. Aunque el susto sí que ha sido grande, lo veo desde la lejanía y realmente me gustó. Fue como pasar un momento de película, de total tensión, en persona. Y sobreviví. Y todo gracias a vaya a saber qué. No tomo alcohol, no fumé ni fumo nada raro (Nada fumo, para ser más exacto), no me aspiré ningún hongo; y así y todo, allí estuvo por un poco menos de un minuto un perro enorme y algo deforme gruñéndome a mí y a Apu.
Brindo por alguna alucinación más! Winners don´t use drugs!