jueves, 29 de octubre de 2009

Pensarrea 2: Gustavo y sus miedos 1


Gustavo es una persona ficticia, creada a partir de mi visión del comportamiento de la gente en diferentes tópicos de la vida. Van a notar que es una persona extremadamente contradictoria, complicada, y con mil millones de vueltas. Quiero ejemplificar en él todas las cosas que se me ocurran, cosas que me llamen la atención de mí o de cualquier otra persona. Usando a Gustavo, evito escracharme a mí y mandar al frente a nadie. 

Espero que, si alguien lee esto, le agrade, se sienta identificado con algunas cosas y que, si así quiere, deje su opinión. :)


Gustavo y sus miedos 1

Para Gustavo el miedo es algo que no hay que mostrar en público. En verdad, el miedo es algo que él, hombre, no tiene que mostrar en público. Pero la realidad muestra que es un cagón bárbaro.

            Tiene algunas actitudes, todas silenciosas y para su propio ser, que lo convertirían en motivo de mofa. Le tiene miedo a casi todo, al borde de la pelotudez. Por supuesto, y como muchísima gente, le tiene miedo a la muerte. Y en todos sus aspectos: no solo porque la muerte duela o haya sufrimiento, sino también por el hecho de dejar de vivir (de disfrutar la vida) o por las consecuencias que su muerte puedan traer a sus seres queridos. Oh sí, Gustavo piensa en todo. Obviamente, imaginó su funeral, con la gente alrededor llorando, mucha gente, o al menos eso esperaría él. ¿Y si su muerte pasa casi desapercibida? ¡Qué terrible! No, no. No pasaría desapercibida, “si soy un buen tipo”, concluye (aunque no tan convencido). También piensa que si hay vida más allá de la muerte (cosa de la cual tampoco está convencido), le gustaría presenciar su funeral. Sí, algo loco debe estar nuestro amigo Gustavo. Si usara todos esos pensamientos para otra cosa, quién sabe a qué llegaría.

            Con respecto a accidentes o la muerte, tiene algunas manías pseudo paranoicas. Por ejemplo, cuando se va a dormir y hecha llave a la puerta y se la olvida puesta en la cerradura, él se vuelve a levantar para sacarla, ya que piensa: “mirá si me muero o si me caigo en la bañadera o me electrocuto y alguien quiere entrar porque hace días que no me ven y mi llave puesta en la cerradura se lo impide”. Él se queda tranquilo con la llave sobre la mesa y se va a acostar.

            Cuando viaja en auto como acompañante o en colectivo, analiza la situación espacio-inercial que tiene en el vehículo en caso de accidente. Por ejemplo en un colectivo: “A ver, si este Fangio con panza de vino se estampa contra un camión de frente, yo seguro me rompo las piernas, porque el asiento que tengo enfrente está muy cerca de mis rodillas. ¿Y si salgo volando por arriba? Uh, me estampo contra la maquinita. No quisiera estar en la piel de esa vieja, va a quedar como un mecano para armar”. Y así sigue su imaginación conspirativa.

            Ojo, Gustavo en su subconsciente tiene alguna creencia de que al pensar en todas esas posibilidades de accidentes y/o muertes lo exceptúan de que le ocurran a él. Quizá alguna extraña fuerza cósmica encargada de tales eventos va a decir “Puta, el guacho ya se dio cuenta” y que el destino deje ese accidente para otra persona o para otro momento.

            Próximamente, la segunda parte de sus miedos.


3 comentarios:

Leandro Wainberg dijo...

para mi que gustavo se droga

León-O dijo...

Sí, no? pero zarpado, ja ja
http://monsruon.blogspot.com

Ara dijo...

Buenísimooo!!